Es cierto que el riego de precisión no es el método más económico. Pero permite mayores rendimientos y mejora la calidad de la alfalfa incluso en entornos difíciles. Ofrece la posibilidad de satisfacer la demanda del mercado antes que otros métodos. El riego por goteo ahorra agua y fertilizantes; además, reduce la necesidad de mano de obra. En definitiva, se obtienen resultados económicos mucho mejores.
La alfalfa es un cultivo con una gran necesidad de agua y con el riego por goteo se corre el riesgo de desperdiciar una gran cantidad de agua. Esto es negativo por varias razones. Por ejemplo, la escorrentía no tiene la uniformidad del riego de precisión y no se tienen en cuenta las propiedades del suelo ni la topografía del campo. La gestión del riego de su cultivo en respuesta al cambio climático con escorrentía, rotativa y pivote no es sencilla.
Aunque el rotativo y el pivote son sistemas más eficientes que la escorrentía, el mojado de la cubierta y del suelo aumenta el desarrollo de malas hierbas y la incidencia de enfermedades foliares. Por último, con el uso de estas técnicas de riego, hay más pérdida de agua por evaporación antes de llegar a la zona radicular.